HISTORIA DE LAVADO DE ACTIVOS
El término popular “lavado de dinero” proviene desde la época en la cual, en Estados Unidos estaba prohibido el negocio del licor ilegal y las actividades de juego (Siglo XIX); para dar la apariencia de legal, se montaron múltiples negocios de lavanderías automáticas, las cuales servían como fachada.
El lavado de dinero se realiza con el objeto de encubrir la actividad criminal con la cual está relacionado; evitando así, que se conozca la verdadera fuente de los fondos, para que después puedan utilizarse libremente. Toda industria delictiva que maneja recursos en efectivo tiene el grave problema de los grandes volúmenes de dinero que representan, razón por la cual éstas no pueden realizar importantes transacciones con ese efectivo sin despertar sospechas.
Las instituciones Financieras al recibir los depósitos del público, son los principales agentes para la transferencia del dinero; por lo cual resulta obvio que, la fase inicial de la consignación sea un instrumento fundamental para los blanqueadores de dinero.
Cuando los recursos ilícitos son repartidos mediante transferencias aparentemente lícitas utilizando instituciones financieras. Los primeros lavadores de importantes cantidades de dinero en el negocio de las drogas eran llamados “correos”, quienes recogían los fondos de las ventas callejeras de las sustancias narcóticas y los depositaban en los bancos; muchas veces sin que éstos se informaran acerca de la súbita riqueza y desproporcionado movimiento de recursos por personas, que apenas poseían un documento de identidad.
Hacia 1970 y mediante la Ley del Secreto Bancario de los Estados Unidos, el Gobierno Americano empezó a exigir que en los bancos se informaran acerca de las transacciones en efectivo que superaran los 10.000 dólares y que las personas que llevaren más de 5.000 dólares en efectivo a través de la frontera, presentaran informes de movimiento de dinero.
Numerosas personas para evadir el requisito, empezaron a depositar los dineros de origen ilegal en cuantías que no sobrepasaban los 9.900 dólares, en cuentas y encargos abiertos en múltiples bancos.
De este inicial mecanismo de lavado, la delincuencia y particularmente la organizada, abordó otros mecanismos más sosticados para legitimar ingresos, producto de actividades ilícitas. Entre ellos, la evasión de impuestos, la inversión extranjera con dineros ilícitos, la realización de pagos secretos, el cambio de dinero de origen ilegal por medio cheques garantizados por un banco, la transformación de moneda ilegal en objetos preciosos o coleccionables, la inversión en el sector inmobiliario, la compra de empresas quebradas que generan ingresos brutos provenientes de ventas al contado, la adquisición de hoteles, agencias de viaje y de cambio de moneda, lo mismo que de restaurantes y máquinas expendedoras, concesionarias de automóviles, casinos y en general, de negocios que permitan el manejo de dinero en efectivo.